LA CIENCIA FICCION NO ES UNA MAQUINA DE PREDECIR MUNDOS...


Julio Verne era un excelente escritor, escribía duro y puro, y fue un éxito en su época además de un clásico para quienes lo leen desde entonces. Pero de algún modo su producción es incómoda para la CF, pues suele confundirse la calidad de lo que él escribía con los aciertos en las innovaciones tecnológicas que aparecen en sus relatos. El problema es que Verne no es bueno solo porque previó el viaje a la luna o el fax, sino porque la historia en la que esas realizaciones aparecían, era buena, estaba bien escrita. Los personajes tenían carnadura, las acciones avanzaban, los diálogos decían.

Su impronta es similar, en otro contexto al problema que las películas de Lucas y Spielberg han significado para el cine de Ciencia Ficción. Que mucha gente descubriera las aventuras intergalácticas a partir de la particular visión de estos genios de los negocios es bueno, pero al mismo tiempo ha originado una banalización de la literatura de anticipación. al asociarla con efectos especiales y explosiones, dejando de lado miradas más sombrías y complejas, como las que proponen escritores y cineastas rusos o franceses, por ejemplo. A partir de esta simplificación del género, múltiples caminos no fueron tomados, miradas introspectivas, argumentos polivalentes, pasados o futuros enajenantes, presentes alternos e inquietantes.

Pero lo de Verne sirve también como una especie de metáfora acerca de lo que se piensa y se espera de la Ciencia Ficción. La visión popular sobre ella es que sea una máquina de predecir tecnologías. Que una novela de CF es buena si describe un aparato, un ingenio que finalmente existirá. Por el contrario, la CF es un género por sí misma, más allá de sus capacidades predictivas. El hecho de soñar la Internet, de plasmar el ciberespacio en una novela y nombrarlo antes que nadie no es el único mérito del escritor William Gibson, sino poner a disposición de sus personajes un contexto rico en el cual explorar los alcances de la mente humana en las puertas de un nuevo universo. Y que su trilogía en la que despliega las posibilidades de la comunicación de mentes a partir de esa realidad virtual, son buenas obras.