15.3.12

LOS CROTOS VOLVIERON A CAMINAR EN OLAVARRIA

SE REALIZO EN OLAVARRÍA UN ENCUENTRO DE HOMENAJE A LOS “CROTOS LIBRES”

LOS CROTOS VOLVIERON A CAMINAR EN OLAVARRIA
Algunas personas solo desean tener una casa para encerrarse en ella. Otras no pueden resistir al intenso llamado de los caminos. Son los nómades de nuestra sociedad, y en las primeras décadas del siglo XX algunos de ellos se llamaron “crotos”. Recorrieron el país por las vías del ferrocarril, nunca mendigando sino buscando trabajo como peones golondrina, o simplemente haciendo de esa vida de contemplación de la pampa y sus distancias, una filosofía de vida, una teórica de los fogones.

Hombres solos, pero también algunas mujeres, que llevaban libros, vivían bajos los puentes o en las “croteras” que se armaban en las estancias donde se reunían para intercambiar sus experiencias de vida y su cultura. No asustaban, eran extraños a los que los chacareros les daban reparo y guardaban comida. Contracara de los bandidos rurales que también recorrieron los campos, León Gieco también les dedicó sus canciones a estos pacíficos caminantes, primos lejanos de los vagabundos del Dahrma cantados por Jack Kerouak en otros hemisferios.

La historia de los crotos esta relacionada con la de los trenes en nuestro país, pues el decreto de 1920 del gobernador José Camilo Crotto les posibilitaba viajar gratis en los vagones de carga, y ese fue el combustible de sus viajes. Cuando las vías se oxidaron como venas secas, quedaron muy pocos crotos, caminando por esos corredores ahora vacíos. Con el tiempo, esas historias se olvidaron y se confundieron los apelativos: Cirujas, cartoneros, linyeras, villeros, vagabundos, nómades, mendigos, atorrantes, monarcas del camino, hombres de la bolsa, homeless… Los crotos eran otra cosa. Y reclaman la reinvindicación de su ser como un viaje de conciencia, ese estar siempre partiendo. Ese pensar anarquista de sentir toda propiedad como robo. Esa necesidad de saberse fuera del sistema.


En Olavarría, y a partir de una iniciativa de la red de museos municipales organizada en forma conjunta con la “Agrupación de Crotos libres” de Mar del Plata, se realizaron a principios de marzo dos jornadas de homenaje a estos tempranos hippies. Las “croteadas” incluyeron diferentes actividades en las que una multitud visitó los lugares que recorrieron los crotos, donde dormían, escucharon explicaciones de las maneras que vivían y fueron invitados a comer un de sus comidas típicas, el “guiso de croto” o “guiso de cuchara” asistiendo además a explicaciones, narraciones, música, exposiciones, demostraciones, haciendo comunitario lo que alguna vez fue sendero individual. Acompañaron a los crotos, los músicos, los cuentacuentos, los payadores, los dibujantes, los cocineros, los colectiveros, los domadores, los puesteros. Ese día, todos fuimos crotos…

En Sierras Bayas
Todo comenzó con la inauguración de la muestra del taller de adultos de la Escuela Municipal de Artes Plásticas de Sierras Bayas dirigida por Daniel Fitte, quien dio la bienvenida a los visitantes, y explicó la metodología del trabajo realizado en el taller, compartiendo luego la presentación de cuentos, para darle lugar a Pedro Ribeiro, autor del libro “Croteadas”, quien contó historias y sucedidos de crotos.

Mientras tanto un grupo de cincuenta caminantes inició su recorrido por las vías desde el Museo Municipal de Colonia San Miguel hasta el empalme con Sierras Bayas. Entre ellos había niños vestidos como crotos, adolescentes, adultos e integrantes de la comisión Amigos del Museo, entre los que se encontraba Mauricio Kessler, de 82 años, acompañados por Juana Masson, encargada del Museo Municipal de San Miguel,.

Otros caminantes llegaron en tres colectivos y autos particulares a las cabañas “Rincón Soñado” para iniciar la caminata bajando por las vías abandonadas junto con vecinos del sector. Durante el trayecto, músicos locales pertenecientes al taller de Mónica Badoglio, interpretaron canciones en paradas del recorrido, acompañando el camino y sumando calidez al paisaje serrano. Ambos grupos se unieron en el establecimiento “Don Atilio”, de los Masson, donde asistieron a una demostración de mansedumbre de los caballos. La caminata continuó hasta llegar a la residencia Ginocchio, en Boca Sierra. En el patio de la vieja casona de piedra, ex vecinos contaron historias del lugar. Marcela Guerci leyó un poema acompañada en guitarra por Mario Volante, Virginia Coumeig relató sus vivencias en un lugar de ensueño con inmensa y añeja arboleda, sumándose Monica Poggi del Archivo Histórico Municipal de Olavarría.

La jornada finalizó en el Museo de la estación de Hinojo con una “ranchada”, servida en latas al modo de los crotos. Para el equipo de trabajo la comida fue preparada por Hector García, en tanto el CEC 804 se encargó del guiso a beneficio de la institución. Acompañaron el subsecretario de Cultura, Educación y Turismo, Diego Lurbe, y la delegada Municipal de Hinojo, Dora Rodríguez. Más tarde Pedro Ribeiro mostró el uso de las siete latas que llevaban los linyeras para cocinar, y Sandy Rolón contó su experiencia de viaje de Mar del Plata a Tapalqué en sulky con su esposo Daniel López, que emuló la epopeya del “Vasco de la carretilla” al unir caminando el sur con Buenos Aires.

Posteriorimente “Bocha” Sosa interpretó el tema “Linyera soy”, y en la “sala del amor” las narradoras contaron historias. El Titiritero Walter Bermúdez de Tandil también se hizo presente con sus muñecos, y luego el público se sumó a la pista de baile.

Chicha Steimbach, de Colonia Hinojo, recitó una poesía en alemán y al finalizar la jornada los integrantes de la agrupación “Crotos libres” entregaron una plaqueta a la directora de la Red de Museos Municipales de los Pueblos, Maribel García con la inscripción: “Agrupación Crotos Libres a Maribel García, por rescatar históricamente al trabajador golondrina”.

En la Villa Alfredo Fortabat
El sábado 3 de marzo las actividades se concentraron en la Villa Alfredo Fortabat. Estuvo presente el subsecretario de Cultura Educación y Turismo, Diego Lurbe y la delegada Municipal Patricia Cap, junto a la directora de la Red de Museos, Maribel García, e integrantes de la Agrupación "Quiero, anhelo y deseo un Museo”. A las 9.30, comenzó la caminata por la Villa Alfredo Fortabat en la que visitaron la Villa Vieja contando la historia del pueblo. Los integrantes de la Comisión de Cultura y Turismo de la Villa guiaron a los participantes por los distintos lugares históricos. Los músicos Ignacio Hurban, Rolando Guevara y Gabriel Aqueveque se sumaron a la propuesta, continuando la marcha por las piezas de solteros de los obreros, donde Rubén Filipuzzi recitó para todos los caminantes así como Mirta Pérez con sus poemas, en la calle de su infancia. Luego se compartió mate cocido con galletas en el Club Loma Negra, con la colaboración del Rotary Loma Negra, la Delegación Municipal e integrantes de la Escuela de Música Municipal de la villa. Allí el payador Cacho Rodríguez, junto a Filipuzzi y las narradoras deleitaron a los presentes con poemas, recitados y cuentos, y Ana María y Pedro acompañaron en saxo y guitarra, compartiendo los cuentos de ferroviarios de José Pepe Sieira.

En Espigas
La actividad continuó el Sábado por la tarde en Espigas, con una caminata por sectores históricos del lugar luego del recibimiento de los “Amigos y Amiguitos del Museo Municipal de Espigas”, la agrupación de Peregrinos a caballo de Tapalque, y vecinos del lugar que esperaron a las visitas a caballo con las banderas del pueblo. Mas tarde cuentos en la plaza, para llegar por fin a la estación del ferrocarril con la mateada "Tártagos (mates) en el galpón".

En el Museo se proyectó la película “Que vivan los crotos” y se compartió la charla "Hablando de bueyes Perdidos". Santiago Casey recordó a su padre, Lalo Casey, quien en su programa de televisión hacía referencia a las enseñanzas de los crotos. En el Museo se preparó un Fruchi, que era la forma en que los Crotos denominaban al guiso de "cuchara parada". Todos los visitantes llevaron sus latas para comer como lo hacían los crotos. Los participantes de la caminata contaron historias y compartieron canciones y poemas como el Sr. Acosta que expresó recuerdos de una croteada.

CIERRE
No todo fue feliz en el mito de los nómadas. Nada más romántico que un vagabundo joven y nada más desagradable que uno viejo dice Richard Miller. El frío, la locura, el hambre y la soledad los acechaban más y más cuando los años mordían su cuerpo.

En la vida, nunca sabemos si elegimos el destino o simplemente escuchamos su llamado. Y pocos han tenido el valor de esos hombres que respondieron al llamado de la libertad huyendo de una vida entre paredes, horarios, rutinas. Prefirieron la promesa de la vida, al riesgo de la intemperie. Seguir buscando la grieta, la salida los boquetes y atajos que llevan a la salida del encierro que es una vida en sociedad.

Beppo, el Pibe Materia, Rosalini y tantos otros cuadran el mono en el atardecer de su historia y caminan lento hacia un horizonte de campo abierto. Los crotos se dejaban llevar por los caminos, se separaban sin despedidas sabiendo que volverían a verse más adelante. Se encontraban en un cruce de vías y se desencontraban en otra. De la misma manera, en una croteada nos hallamos, y en cualquier otra nos reencontraremos.

Recuadro: Los protagonistas
De las Croteadas participaron Pedro Ribeiro, Ana Maria Ordoñez, Roberto Monyau, Sandi Rolón desde Mar del Plata, integrantes de la Agrupación "Crotos Libres", narradoras de la ciudad de La Plata y Buenos Aires llegaron las narradoras, Gimena Da Giau, María Teresita Minelli, Emilce Brusa, Ivanna Rosselli y Anamaria Pellegrini, aportando historias y cuentos a las dos jornadas. También lo hizo la colombiana Canela Saravasti, quien además de contar interpretó canciones de su repertorio. Acompañaron el payador Cacho Rodriguez, Carlos Luna, Walter Bermudez, Alicia Rodrigo, Ivanna Roselli, Daniel López, Gimena Da Grau, Emilce Brusa, Teresita Mirelli, Canela Saravasti, Guile, Daniel Fitte y sus alumnos : Yamila Leal, Diego Arreceigor, Martín Othasegui, Consuelo Dubor, Nora Sarazola, Juan Sisti, Valeria Scotti, Matías Verón, Paola Calonge, Claudia Cisneros, Miriam Ponce, Emilce Valenti, María Eugenia Macchiaroli y Hernán Pitarque, Mónica Badoglio y sus alumnos, Ignacio Hurban, Rolando Flavio Guevara, el payador Rubén Filipuzzi, Mirta Pérez con sus poemas, Gabriel Aqueveque con sus canciones y un gran equipo de colaboradores, a los que se sumaron quienes se enteraron del evento y llegaron a nuestra ciudad para compartirlo, provenientes de Pinamar y Monte Hermoso, quienes armaron sus carpas en el Parque Mitre, junto al Museo Municipal de Hinojo.
Por Jorge Arabito y Maribel García