carta de un amigo desde Uruguay


Estoy vivo.

No se porque pero me he quedado callado.

Por aquí todo bien. Sigo en la radio, hice Televisión, aún estoy por decidirme si retomo o no. Realicé un programa en donde lo único bueno era su nombre. "Un Lugar en el Mundo". Me gusto hacerlo pero la imposibilidad de
producirlo bien me desanimo. Si consigo resolver positivamente esta cuestión, volveré.

Tengo un alumno de fotografía, estoy sistematizando un curso. Tal ves lo abra para más gente.

No se porque me he quedado en silencio. Estoy muy desanimado con la Argentina, va en un camino sin retorno hacia la desintegración, los poderes del mundo apuestan al caos para manipular el Conosur. En el Uruguay están en un estadio anterior al de Argentina, podría decirse que Vatlle, su presidente, es el De La Rua del Uruguay. El FMI los EEUU tiene como objetivo
el Brasil, debilita a sus socios menores para que caiga a sus pies o al ALCA que es la misma cosa.

Estoy Desanimado por que la propuesta para la argentina parece que es la militarización de los conflictos, donde las balas irán en una sola
dirección. Donde no habrá más discusiones políticas, donde el presidente será un representante de la ONU o la OEA y de todo aquello que estas siglas
representan. América Latina, para los centro de poder del mundo a dejado tener un valor económico, un contenido social, para constituirse en un
territorio militarmente estratégico en esta guerra planetaria. Los EEUU, al mejor estilo de conquista religiosa, siembra terroristas por todo el
planeta, como otrora los jesuitas sembraban imágenes de santos y vírgenes en tierra de indios. Muy pronto aparecerán por las pampas argentinas.

Terroristas árabes o palestinos o cosa parecida.

Las filipinas están siendo ocupadas por EEUU ya mandaron allí al "séptimo de caballería". Estos hechos vistos desde aquí, como lo cuenta el poeta, "De
lejos dicen se ve más claro, pero no es igual quien anda a quien camina".

A la distancia se reconoce el espanto y la violencia da la ocupación; pero de cerca no es tan nítida la visión. Puede creerse por error provocado por la confusión de los conflictos mediaticosos, que la ocupación es necesaria.

Como en la Argentina del 76, se creyó que los militares eran necesarios, en los 90 la reelección de Menem era imprescindible, en el 2000 De La Ruha era la salvación para sacar a Menem y a Cavallo; como también se creyó que Cavallo era el único que podía salvar la república y era imprescindible darle al ministro los superpoderes, si se sigue esa tradición va ser imprescindible entregar la Patagonia a cambio de la deuda externa (como ya
están haciendo un sondeo de opinión en aquella región) o permitir asentar bases militares en Salta, o permitir el co- gobierno o monitoreo in situ de un organismo internacional.

Luego los argentinos diremos "... y no había otra salida", como sé a repetido después de comprobar el fracaso y las consecuencias nefastas de las medidas o hechos políticos que la gran mayoría del pueblo Argentino aprobó.

La Argentina del desempleo y de la corrupción, no a dejado de ser la Argentina de las riquezas, mismo siendo un país empobrecido, no ha dejado de ser un país com sustentación propia, mismo siendo un país en estado
insustentable. La corrupción es una dificultad, no el fin de un país. La corrupción hoy impide recuperar la credibilidad entre los argentinos para acertar el paso y trazar el camino hacia una felicidad duradera, la
corrupción hoy es un sangramiento económico que impide el desarrollo social por la recuperación de la dignidad humana.

La corrupción hoy es una nube oscura que nos niega la visión, no vemos al otro ni a nuestra propia imagen,
si no vemos no entendemos, si no entendemos no resolvemos. "Navegar es preciso" (poema de Caetano Veloso) para resolvernos, para reconstruirnos,
"navegar es preciso" para sentar las bases de un nuevo acuerdo entre las personas, entre los países, que nos permita consolidar una paz permanente.


Pascale Barbato

Santana Do Livramento
Río Grande do Sul Brasil
mail pascaleb@terra.com.ar

Jorge me entere por Karina sobre Mario, el no podía morir luego te escribo