LA VERDADERA HISTORIA DEL PUDU
El “Pudu”, el mas pequeño de los ciervos que se conocen. Nativo de la zona de los bosques de la cordillera
patagónica, está en extinción. Algunos dicen que por caza indiscriminada, otros dicen que por la tala de los bosques que destruye el sotobosque del cual se alimenta.....
Yo les voy a contar lo que a mi me contaron los que alguna vez vieron al pequeño Pudu.
Parece ser que cuando la Patagonia se puso de moda como lugar de vacaciones para la elite porteña, no
conformes con los hermosos lagos y la profunda selva de alerces, ñires, lengas y coihues, quisieron que esta se
pareciera a los bosques de Norteamérica.
Entonces, algunos señores como Aarón Anchorena en la Isla Victoria, plantaron secuoias y criaron además de otras especies exóticas, ciervos colorados en nuestros bosques. Los ciervos colorados se reprodujeron rápidamente, invadiendo el territorio del Pudu.
Y aquí viene la verdadera historia.
Los del lugar me contaron, que el pequeño Pudu lejos de huir despavorido frente a los imponentes ciervos
colorados, los enfrentaba en desigual lucha. “Pero el Pudu estaba loco!!!” dijeron algunos. Entonces los del lugar dijeron, “no el Pudu no estaba loco, porque el Pudu sabía....”
El ciervo colorado se enseñoreó de los bosques. El hombre que lo trajo a esos lugares decidió que no estaba a
tono, decretó que era una especie depredadora y liberó su caza....
Me dan lástima las crías de ciervo colorado (se parecen a Bambi vieron?) cuando quedan solas porque mataron a sus madres. Los guardaparques, cuando las encuentran, las llevan a las estancias que hay en la zona que se dedican a la cría del ciervo colorado para que, cuando crezcan, cumplan el mismo destino de sus mayores, servir de divertimento a valientes cazadores que llegan de todo el mundo.
El pequeño Pudu se ha protegido en lo mas denso del bosque patagónico. Ahí solo tiene que cuidarse de sus
enemigos naturales. Lo definen tímido, viviendo en familia en su territorio del que solamente se aparta cuando alcanza su madurez, y entonces migra, buscando su propio territorio.
Así es el pequeño sabio y valiente Pudu. Por eso es difícil que los que no son del lugar lo vean pero según me
contaron, está.
Alicia G. Villafañe
Olavarría, 10 de julio de 2005
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