30.10.12

COLECCIONISTAS DE AUTOS


COLECCIONISTAS DE AUTOS
FIERROS CON GANAS DE ANDAR
Por Jorge Arabito
Quizás usted los haya visto pasar  por la avenida, con su característico chaca-chaca, o estacionados frente a algún bar en el centro. Y no pueden haber dejado de llamarle la atención: los autos antiguos, imponentes, sólidos, son maquinas admirables cuando están bien restaurados. Pero ¿Cuales son los   secretos y códigos que reúnen y fascinan a los coleccionistas olavarrienses de estos vehículos?
No todos son gente mayor, ni tampoco les sobra el dinero, y tienen profesiones muy disimiles. Si uno trata de juntar a los olavarrienses que coleccionan autos intentando entender que les produce esa devoción por los "fierros", descubre que lo único que tienen en común es justamente eso: el amor por los fierros. Amor que a veces les viene de la infancia, o los gana cuando se descubren describiendo con pasión la nobleza de un motor fabricado hace más de 50 años  que aún funciona perfectamente. En realidad, los identifica el hecho de que, por lo menos en nuestro medio, son todos hombres. Sin entrar en machismos, el rol de la mujer en esta afición, se ha visto proverbialmente reducido a la compañía, al mate, a la lucha contra esas manchas de grasa que no se despegan, justamente del pantalón de salir.
¿QUE  COLECCIONAN?
Introducción de rigor: dentro de los que se dedican a los autos antiguos, hay varios bandos en Olavarría, por ejemplo, pocos  se dedican  a los "autos de colección". Estos son modelos únicos, artesanales, hechos por obreros, sin matricería. Aquellos de los que quedan dos o tres en todo el mundo, y que ya al momento de su fabricación eran muy valiosos. Aquí podemos contabilizar un solo vehículo   así, un "Essex”, que según se cuenta, fuera de Gardel. Estos autos normalmente son atesorados por su valor intrínseco; pero también  por el capital que representan. Por eso, los coleccionistas olavarrienses se consideran, humildemente como: poseedores de autos antiguos, y de estos si podemos encontrar varios, quizás mas de lo imaginable.
¿POR QUE LO HACEN?
¿Por qué se dedica alguien a esta afición? Una primera respuesta seria que consiste en una manera de revivir "la época linda" en aquellos que los usaron, o  que los veían pasar durante su niñez y adolescencia. Una experiencia común que todos relatan es aquella que los lleva, al comandarlos hoy, a sentir por un instante  de nuevo los  años en que los manejaron por primera vez. Esto no tiene nada de extraño: en nuestra comunidad, se suele asociar bastante las etapas de vida de una persona con los diferentes vehículos que maneja o posee. También se los puede considerar una terapia ocupacional: para alguien que ya se ha retirado de la vida laboral, en lugar de hacer quinta, o limitarse a dar vueltas por la casa, los autos tienen un poco de todo: carpintería, mecánica, lo que se disfruta sobremanera cuando  sobra el  tiempo libre. Pero no solamente la gente mayor se dedica a los autos. También hay gente joven, comerciantes, profesionales, que lo hacen. En muchos casos, porque recuerdan alguna motivación especial: un abuelo que los llevaba a pasear en uno de estos autos, un tío "fierrero". Esto no impide que  casi todos los jóvenes  que se acercan, buscan un auto antiguo para "burlarse", poniéndoles una mecánica de gran potencia y velocidad a una vieja carrocería.
POCO A POCO
El primer acercamiento entre cualquier vecino y los "cachivaches" siempre es gradual. Se comienza visitando exposiciones, el taller de un amigo,  ayudando y acompañando. Un poco por "contagio", a partir de allí, a veces surge el deseo de tener el auto que conoció cuando era chico. Se suele decir:"Ah..Si yo consiguiera una cupe Ford 33, que era la que yo tenía cuando era joven, la compro...".Otro busca el del padre: "tenía un Ford 38 estándar, sedan, dos puertas..."Y se lo encargan a varias personas. Los demás buscan el auto de moda, por ejemplo un descapotable, y andan detrás de determinado modelo, porque le han dicho que ese es bueno. También está el grupo de aquellos a quienes  les gustan los autos grandes, pesados, con mucho motor, como las  limusinas. O los que buscan los coches de carrera, los que cosecharon gloria en las rutas o las  pistas. Al respecto,  Olavarría guarda uno que con el tiempo  cobrará  mucho valor, si no lo tiene ya: La "galera" de los  Emiliozzi, que tantas alegrías produjera a muchos vecinos en sus épocas mozas. Esta reliquia   aun no ha sido preservada para la comunidad, y actualmente se encuentra  en manos de un particular.
¿CUANTOS SON?
En cuanto a la cantidad de coleccionistas en Olavarría, y considerando lo "exótico" de la afición, los hay bastantes. Poseedores de uno o dos autos, se cuentan  una veintena. Cerca de diez olavarrienses atesoran cuatro o  cinco de estos vehículos, y  hay un coleccionista que los tiene en gran cantidad. Este caso es especial, puesto que los compra a sabiendas  que más adelante han de escasear. Así, preserva repuestos, reúne todos los que puede ahora, los almacena, y restaura poco a poco con ayuda de un "ejercito" de mecánicos, chapistas, electricistas, torneros, tapiceros y pintores. Por todo ello, el Olavarría se estima debe haber no menos de 150 autos antiguos.

EL SENTIDO DE LA RESTAURACION
Para los coleccionistas de autos, no es lo mismo "restaurar" que "reparar”. Esto último significa meramente mantenerlos en funcionamiento con las piezas con  que se los  encuentre."Restaurar “significa volverlos a "original", con todas las piezas que el coche traía originalmente. Y si una pieza no se consigue, hay que fabricarla exactamente como venia. Para saber que pieza va y cual no, los coleccionistas consultan los manuales de época, autenticas reliquias bibliográficas, ajados y manoseados por años y años de manos engrasadas. En caso de no contar con los manuales, los restauradores se guían con las orientaciones que les dan los mecánicos viejos, de los que  ya van quedando pocos.
¿COMO SE HACE?
¿Cómo se restaura un auto? Pieza por pieza. Si  el trabajo lo va realizando el dueño, primero desarma todo ordenadamente. Un día pule todos los tornillos, otro, deja el chasis limpito, rasqueteando o arenando. Luego al chasis se le da antioxido para pintarlo posteriormente del color  que llevara el auto. Después se hacen enteros los trenes delantero y trasero, que algunos croman. Desarmando pieza por pieza,  consiguiendo los bolilleros, rellenando los palieres y chaveteros, buscando  las piezas originales de los frenos a varilla. El armado se hace en forma ordenada, pieza sobre pieza, de manera de levantar el auto desde abajo. La carrocería se "prepara" bien antes de montarla sobre el chasis, con todas las reparaciones que hayan sido necesarias, convenientemente pintadas antes de afirmarlas. Después  empieza el trabajo del chapista. Las ruedas con  rayos de madera se hacían uno por uno, pero los coleccionistas cuentan que  ya queda muy poca gente que sepa hacerlos, así  como el fileteado de la pintura.  En cuanto a la parte legal, las cosas se complican. Debido a lo antiguo de su fabricación, ya no cuentan con propiedad, sino con "tenencia": una declaración donde consta que" alguien" tiene" tal"  auto, pero no se hacen trasferencias ni se pagan patentes. Además, en muchos casos, los  autos que se encuentran arrastran sucesiones interminables, o están abandonados y nadie recuerda a quien pertenecían.
UNA BUSQUEDA DETECTIVESCA
Encontrar una  de estas reliquias  no es facil. Quizás en algún momento lo fue, cuando en cualquier baldío se encontraba oxidándose al sol un Ford T completo, y al que era fácil adquirir, a un propietario deseoso de sacárselo de encima. Los mitos de los coleccionistas de autos son muy sabrosos al respecto: A veces se encuentran autos en alguna estancia, o en algún garaje, ocultos. Se cuenta de  casas donde se cerraron los frentes y nadie adivinaba  que podía haber allí un auto. Cuando los coleccionistas se juntan a contar sus hazañas en torno a una rueda de mate, nunca falta la referencia al premio mayor: que en una estancia perdida de algún lugar de la provincia, aun duerme su sueño una cupé Ford , de lujo, sin desembalar de su caja de madera original, o el Daimler Benz 1908 que estuviera abandonado tanto tiempo a la entrada de San Jorge.
También se cuenta un  caso muy famoso, el de  un "comerciante" de estos autos -los" comerciantes" son unánimemente vituperados por los coleccionistas- que trabajaba en una repartición oficial. Este hombre  utilizaba  el teléfono "libre" para  hablar  a todas las estancias, todos los lugares donde hubiera un teléfono. El tenía un plan: sacando  datos  de una vieja guía de contribuyentes de automotores, preguntaba sobre la suerte del auto que alguna vez poseyeran,  y que en algún caso, podía encontrarse  abandonado. Así fue localizando  los autos que había, mandándolos a Buenos Aires, donde un socio suyo los compraba comercialmente. También es unánimemente denostado por los coleccionistas la labor de un muy conocido taller porteño, que compra autos antiguos, los mejora un poco y los vende a los incautos al precio de un cero kilometro. Son famosas las estafas contra los extranjeros que han venido a buscar autos a la Argentina, y les metieron el "perro".
UN VICIO FAMILIAR
Es que la búsqueda de "La dificil" es un poco la estrella que los hace seguir andando los caminos, preguntando en todos los puestos, si no saben de algún auto antiguo que tengan en alguna estancia, “aunque este tirado y no ande". Y los puesteros los miran medio raro. Que le quieran comprar al capataz de "La esperanza", de Elizalde esa "chatita" que usa para recorrer el campo, no tiene sentido. Habiendo tantos autos mejores en el pueblo...Es un trabajo casi detectivesco. Los autos se buscan por "datos", conversaciones, se le encarga a todo el mundo que donde haya un auto antiguo, que vean, que avisen. Y tras un dato, se va con toda la familia, si acompaña. Este es un aspecto muy importante del hobby: es familiar. Juntos se buscan los autos, se pasea los fines de semana, se limpia y lustra el vehículo, en fin se disfruta.
OTRA BUSQUEDA: LOS REPUESTOS
Con respecto a los repuestos el camino es igual. Con el catalogo a la vista, visitar las chatarrerías  y preguntar. Porque, conseguido el auto, antes de desarmarlo mucho, hay que buscar todos los repuestos que le pudieran hacer falta. Acopiando lo necesario. Y cuando esta todo recién largarse a restaurarlo veces se termina y le faltan los últimos detalles, que son difíciles de conseguir. En ese caso, se trata de  los accesorios, los que se ponen apretando un tornillo nada más, sin desarmar nada. O los detalles de tapicería: cuando no puede terminarse la capota porque no se consigue la tela adecuada al color del auto, correspondiente al que se usaba en aquella época.
IMPRESCINDIBLE, LA PACIENCIA
En terminar un auto se tarda 4 o 5 años, termino medio. Quien lo hace por terapia, o entretenimiento, mete él mismo manos a la obra. Ellos mismos lo dicen: son mecánicas nobles, simples, materiales maleables, que se sueldan fácilmente, muy al contrario que las mecánicas modernas. Al respecto, la camaradería entre los coleccionistas es total. Desde el intercambio simple, pieza por pieza, la gauchada, al comercio llano.
¿Y EL MERCADO...?
Estos autos, que en algunos casos son usados como símbolos de status, o constituyen una manera de inversión similar a la de quienes compran cuadros, son difícilmente tasables. En el mercado local, su valor es muy bajo. En caso de necesidad, la venta no alcanzaría a compensar lo que se gasta. En Mar del Plata o Buenos Aires, hay un mejor mercado, lográndose los mejores precios en los casos que se venden al exterior. Allí se alcanzan cifras realmente muy altas: Hace poco, el comprador de una estancia a tranquera cerrada  en San Luis de más de 10.000 hectáreas,  encontró un Cadillac 1931 de lujo llegado de Chile, que vendió posteriormente sin restaurar en 80.000 dólares. En algunos casos, los datos necesarios para la restauración se piden vía embajada al país de origen. Esto es especialmente común en el caso de los autos europeos. En respuesta, se reciben a veces  buenas ofertas de compra. Sucede que durante la segunda guerra en Europa fueron fundidos todos los autos anteriores a los modelos de 1940, para hacer armas, por lo que  no quedo casi ninguno. Debido a esto, los que se encuentran en Argentina de procedencia europea, tienen un valor extraordinario. Con respecto a los coches americanos, solamente tienen valor los que en su tiempo eran de mayor lujo, de mayor cilindrada: los Cadillac de 16 cilindros, por ejemplo valen cerca del millón de dólares, así como los Dousselberg, los Arbour, con sus característicos cromados. Algo de esto es posible observar en la excelente película "Tucker, el hombre y su sueño".
¿VIEJO O ANTIGUO?
La pregunta difícil es: ¿Cuándo un auto es antiguo? En principio, tiene que tener no menos de 50 años. Esa es la característica principal. Pero como con estos autos prácticamente no se pueden andar por la calle, se está imponiendo  la moda de buscar modelos posteriores a los 50' especialmente descapotables, que puedan ser usados para pasear. Cuando uno ve pasar con admiración esa vieja carrocería, pintada al duco con motor de ocho cilindros y frenos hidráulicos, ellos la miran con displicencia: No es "original”. Y es que hay reglas del juego muy estrictas. Recordemos: el auto debe tener hasta el último tornillo similar al que tenía cuando salió de fábrica, para ser considerado realmente un auto de colección por los peritos.

DURO DE MANEJAR
Hay una trampa para muchos de los novatos que se acercan al noble hobby de coleccionar autos antiguos: Muchas veces estos vehículos no pueden circular por la calle, o son muy difíciles de manejar. Sucede que para que una de estas piezas de museo con ruedas pueda ser considerada como tal, no debe tener aditamentos modernos. Y aquí comienzan los problemas: Muchos en aquellos tiempos no traían siquiera luces de giro, posición ni bocina reglamentaria como las que traen los autos que estamos acostumbrados a ver hoy. Y entonces el código de transito es muy estricto: no pueden circular, a menos que lo hagan en alguna ocasión especial, como los desfiles. En algunos países  de Europa y en  EEUU, tienen sus días y horas para circular: Los fines de semana, lo que ellos llaman "El Rally", en el que se juntan unos cuantos y salen a pasear. En Argentina, aun no está prohibido el uso de las rutas por vehículos que no se encuentren en condiciones similares a los modernos, lo que debería ser reglamentado por cuestiones de seguridad: -para los demás-  recordemos que en aquellos tiempos, no se mezquinaba el metal para fabricarlos gracias a esto,  han sobrevivido al tiempo.
Esto produce vehículos de pesada aceleración -los motores originales son de bajas revoluciones y tremenda cilindrada- y muy difíciles de detener. Como  no pueden equiparse con  frenos hidráulicos, puesto que no serian considerados "originales”, deben llevar el que se les proveía entonces: el celebrado freno "a varilla", que solía cortarse. Además, algunos de estos autos tienen el volante a la derecha, lo que impide manejarlos correctamente por nuestras rutas. Sumemos a esto que  los modelos más antiguos no tienen motor de arranque, el que es reemplazado por la popular "manivela", que exige brazos fuertes y reflejos rápidos para evitar el peligroso golpe de la contraexplosion.
¿CUANTO GASTAN?
En aquellos años la nafta no era tan cara como ahora. Y entonces, estos autos no fueron fabricados con la intención de reducir consumos: gastan combustible en cantidades industriales. Esto hace a sus propietarios pensarlo muy bien antes de dar largas vueltas al centro luciéndolo. Además, si sobreviniera alguna falla mecánica, el papelón seria fenomenal. Hay anécdotas de amantes de los autos que luego de estacionar su orgullo frente al bar, y no poder hacerlo marchar nuevamente, tuvieron que volver a llevárselo con una grúa al día siguiente.
Aunque en Olavarría no hay ninguna entidad que agrupe a los coleccionistas de autos, ello está en vías de concretarse por iniciativa del Automóvil Moto Club que realizo hace un tiempo una exposición donde colaboraron casi todos los propietarios de autos antiguos de la ciudad, lo que posiblemente se repita periódicamente con fines benéficos dado el éxito obtenido en el primer intento.
.Quizás, para la primavera saldrá a rodar el Upmovile de Fassina, aquel mismo que en los 30' deslumbrara a las damas olavarrienses con su paso. Dentro de este tren de recuerdos: ¿Cuando veremos cruzar nuevamente nuestras calles el Buick de los Rendon? Como tantos retazos de nuestra pequeña historia cotidiana, ira entrando en el olvido si nadie se preocupa por rescatarlos
Hemos visitado, el mundo de los amantes de los autos antiguos. Son como cualquiera, pero les hierve la sangre cuando escuchan un motor chaca que te chaca renaciendo de su muerte mecánica después del paciente trabajo de la restauración. Lo llevan en las venas, le son fieles a aquellos autos donde  quizás pasearon su primer amor. Y es que, como suelen decir con  ternura: "los fierros, siempre te esperan..."

Hoy me acordé de mi viejo. Y recuperé sin cambios esta nota que escribí en 1991...

23.10.12

¿Te acordás del CUDO?


Desde la década del 70 y hasta la del 90, la esquina de Lamadrid y Gral Paz fue el lugar de encuentro de los estudiantes secundarios, terciarios y universitarios de Olavarría.
Donde hoy existe un coqueto edificio, se estudiaba, comía, había "videocasetera libre", guitarra, fotocopiadora, libros diarios y revistas, pool, cancha de Voley, funciones de teatro, recitales y unos bailes fenomenales.

Era el lugar donde los estudiantes que venían de otras ciudades y que no tenían espacio en las casas que alquilaban podían juntarse a estudiar . Había mesas grandes y estufa en invierno y no se cobraba consumición. También gente que cocinaba barato a la noche, atendía la fotocopiadora, o estudiantes de ingeniería que se pasaban el verano haciendo con sus manos las reformas necesarias.

En 1990, las dueñas del local decidieron dejar de alquilarlo, y un grupo que fue territorio compartido para los estudiantes de Ingeniería, los terciarios, Educación Física, Trabajo social y una naciente Facultad de Ciencias Sociales, se quedó sin corazón...

Sería bueno recoger la memoria de tantas cosas que pasaron ahí, para empezar a recuperar una historia chiquita, que sin embargo tiene lugar permanente en el corazón de los que pasamos por allí. Amistades, amores, momentos, campeonatos... anécdotas que  muchos deben tener guardadas en el alma y que pueden ponerse en textos, fotos que nos muestran más jóvenes, grabaciones, lo que haya.

Pero sería aún más bueno, y por todos lo que llegaron demasiado tarde como para conocerlo, reconstruir ese espacio, intentar construir un sitio similar, un lugar como sería hoy el CUDO del siglo 21...

Quienes tengan recuerdos que compartir, pueden enviarlos a mi cuenta, y quienes tengan ganas de recuperar un espacio como ese, también pueden escribir.

(Este texto creía que estaba aqui pero no lo encuentro...)